La fuente de las virtudes
La fuente de las virtudes
Tras el éxito de la Copa, la concepción de la montaña y en este caso concreto del Pagasarri como un entorno de disfrute saludable inmediato para los bilbaínos tendrá a renglón seguido nuevas manifestaciones. El 28 de octubre de 1913, en el diario Euzkadi se publicaba la siguiente crónica: “El pasado domingo, sin previo aviso e ignorando todos los excursionistas que dirigieron sus pasos a la cumbre del Pagasarri, se fueron congregando junto al rico manantial numerosos grupos de amigos de la montaña. Espontáneamente salió una voz y dijo: “Propongo que entre los que aplacamos nuestra sed en este manantial, sufraguemos los gastos de construcción de una fuente y abramos para ello una suscripción en la que cada uno contribuya en la cantidad de un real”. Por sugerencia de un chirene, como le califica el redactor de la noticia, se propuso bautizar a la futura fuente con el nombre de la del “Tarín”, en alusión al real (25 céntimos de peseta) con que se decidió contribuyese a su construcción cada uno de los accionistas.
La campaña, una vez más, tendría una acogida favorable y los mil títulos de tarineros fueron suscritos con rapidez, bajo el incentivo del sorteo de un auténtico tarín, engarzado en un aro de plata y de una máquina de fotografía cedida por la casa Lux.
No habría, en cambio, tanto consenso en cuanto al nombre, porque contra la denominación de Fuente del Tarín, Antonio de Zuazua, bajo el seudónimo de Sapi, publicaba una nota en la prensa en la que reivindicaba para el manantial su nombre original de Udoi. Bandrés zanjó de forma salomónica la controversia al aceptar la utilización de ambos nombres, que serían grabados en la roca . Y así, el lunes 13 de abril de 1914, tras haberse suspendido el día anterior el acto oficial previsto a causa del mal tiempo, se inauguraba la fuente con un escaso número de asistentes, entre los que, evidentemente, no podían faltar los Bandrés, Duñabeitia y Torcida.
Una vez más, el éxito de una campaña iba a impulsar la siguiente y así, aplicando el mismo sistema de financiación popular, el 26 de junio de 1914 se inauguraba en el alto de Santa Marina otra nueva fuente. En este acto festivo estaban presentes, además de los deportivos, los grupos de boy scouts denominados “Exploradores de España”, cuyo comportamiento daba una idea de los perfiles paramilitares de su funcionamiento: “A la ida, subieron por Matalobos, donde fue tan espesa la niebla que se ordenó el encordamiento de las patrullas para que nadie se extraviase. En Santa Marina rompieron filas para almorzar. Allí se cantó el Himno, así como durante el camino, dándose vivas a España, Bilbao, Club Deportivo y exploradores. El regreso se hizo por Santo Domingo, desfilando por las calles de Bilbao y rompiendo filas en la Plaza Circular, donde se reunió una extraordinaria concurrencia”.
Fotografías: Colección A. Bandrés
Autor: Antxon Iturriza
«Historia testimonial del Montañismo Vasco» Publicado por Pyrenaica
Más info: www.pyrenaica.com/publicaciones
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